Ermita de la Soledad
Existen varias teorías sobre el origen de la Ermita de la Soledad; la primera de ellas la situarían en la reconquista, siglo XIII, en tiempos de Alfonso X el Sabio, tomando por nombre “Del Señor Santiago de la Espada”, por mediación de la orden santiaguista. Convirtiéndola en la primera parroquia de la villa tras la reconquista.
La segunda de ellas situaría el origen de la ermita a finales del siglo XV o principios del XVI, como capilla del Hospital de la Misericordia. Teniendo constancia de la existencia del templo en 1516, en que es mencionada una iglesia en este lugar. Y posteriormente en 1521, pero nombrada de la Misericordia y Santiago, por el Hospital de la Misericordia. Para a mediados del mismo siglo nombrase “Hermita y fábrica de Santiago”, hasta que en el último cuarto del siglo XVI ya es denomina por el vulgo “La Soledad”, por la devoción que hacia la venerada imagen mariana sentía el pueblo de la villa.
En el siglo XVII bajo el patronazgo del hidalgo Don Pedro de Guzmán y Quesada, caballero de la orden de Santiago y alcaide del castillo de Huelva, se ejecutan obras de mejoras en 1631 y se excava la cripta en 1654, para enterrarse con sus padres. En disposición del testamento de su hermano D. Diego de Guzmán y Quesada, “el mozo”, que falleció en la Ermita el 4 de marzo de 1691, se fundaron anexos al templo las Cátedras de Gramática y Filosofía, primitivos centros de enseñanza de Huelva. Don diego quiso fundar un convento de mínimas, pero al no poder llevar a cabo su voluntad, son sus albaceas los que fundan en disposición de su testamento las mencionadas cátedras.
Sobrevivió el templo, al terremoto de Lisboa sin apenas daños, completándose mejoras proyectadas por Antonio de Figueroa entre 1771 y 1772 y concluyéndose el aspecto actual de la espadaña y puerta en 1787 por el arquitecto onubense José Álvarez. Según se apunta en el estudio la restauración, de 1995, parece que la planta actual es de esa fecha, siendo la primitiva de mayores dimensiones,
En 1854 el edificio se habilitó como hospital a causa de la epidemia de cólera. El 2 de febrero del año siguiente, se desmoronó el techo de la ermita, cayendo la cubierta sobre la urna del Santo Entierro, sin que se rompiera ningún cristal. A causa de este accidente la hermandad se traslada a San Pedro. Sólo unos meses despues el templo es desamortizado por aplicación de la ley de primero de mayo de 1855, de Madoz, pasando su dominio al Estado desde 1869 hasta 1883, cuando el Ayuntamiento recibe el dominio del templo, para ser usado como “escuela de niños podres”.
En este periodo civil la Ermita fue; escuela y asilo de huérfanos, almacén y prevención municipal, donde se refugiara el poeta Miguel Hernández en su huida a Portugal tras la guerra civil. Con el transcurrir del tiempo se instalaron en el piso la Banda Municipal de Música y el Depósito de Protocolos
A pesar de que la propiedad de la Ermita vuelve a la Iglesia, a la Diócesis de Huelva, en diciembre de 1965, no es hasta treinta años después (1995) cuando restaurada, por iniciativa vecinal, se restituye al culto. Siendo desde entonces la Hermandad del Santo Entierro la administradora del templo soportando en solitario el mantenimiento de la conocida como "ermita de las mil historias".